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CAPÍTULO VI

CON  NOMBRE PROPIO

En las líneas que siguen, hemos querido traer, para su recuerdo por las generaciones actuales, una serie de personas que, por una u otra razón, fueron protagonistas de la vida de Tapia en los años cincuenta. Nos ha servido de mucha ayuda, ojear las páginas de El Faro de Tapia. En ellas aparecen nombres, fotografías y crónicas de muchos de quienes vivieron en la villa y en los pueblos que van de Navia a Vegadeo, por aquellos días. Hemos extraído una pequeña selección, más que por la importancia social, cultural, política, empresarial o de otro tipo, por  mostrar una variedad. Unos son  naturales de Tapia, otros veraneantes, pero hay el denominador común de su ligazón con el pueblo en aquellos momentos. De nuevo, pido disculpas por quienes, acaso con mayores méritos que los que se reseñan, se han omitido. Y, en todo caso, no he tratado de hacer un catálogo o directorio completo de todos ellos. Solamente de nombrar algunos como exponente de un tiempo y una época. El orden no implica, en ningún modo, prioridad alguna. Más bien, siguen el orden cronológico de aparición en las páginas de El Faro de Tapia. Las fotografías no son de buena calidad ya que, parte de ellas, se han extraído de ejemplares de periódico de bastante antigüedad.


MANUEL GARCÍA SÁNCHEZ  (GALANO)

Lo cito en primer lugar por haberlo conocido en mi infancia en Tapia y del que guardo un agradable recuerdo. Compañero de trabajo de mi padre César, estuve en aquellos años,en algunas ocasiones, en su casa, próxima a la playa. También íbamos, en ocasiones, las dos familias paseando por el pueblo o la carretera general. Como he conocido, años más tarde puesto que entonces no pude apreciarlo así, Manuel García Galano - ya que éste ha sido siempre su nombre literario - llevaba dentro una intensa vocación de escritor.  En los años cincuenta ya había escrito varias obras de teatro y participado como actor en algunas de ellas. Años más tarde comenzaría ya una trayectoria de obras escritas en la fala asturiana. Entre ellas podemos citar, entre otras, Parzamiques, Mareaxes tapiegos,  Vocabulario de A Roda, Erguendo el telón y Faraguyas. Con el paso de los años ha sido Hijo Predilecto de Tapia en el año 2006 y miembro de la Academia de la Llingua Asturiana.


MANUEL LÓPEZ GONZÁLEZ


Alcalde de Tapia en los años cincuenta, tomó parte en diversas actividades  e iniciativas puestas en marcha para el despegue turístico del pueblo. El número de El Faro de mayo de 1958 publicaba una  extensa entrevista con él y, en ella, comentaba diversos aspectos de obras en marcha en aquellos momentos o próximas a comenzar. Entre éstas citaba: casas  habitación para maestros en la VeguiñaLa Roda y Serantes, una escuela para Casariego y un grupo escolar en Tapia. Se iban a iniciar los proyectos para la electrificación de El Valle y locutorios telefónicos en Serantes y Salave.


JESÚS LÓPEZ-CANCIO



El 7 de enero de 1956, El Faro de Tapia da noticia del nombramiento de un hijo de Tapia para el cargo de Delegado Nacional del Frente de Juventudes. Previamente había sido  Delegado Local de la Organización Juvenil en la villa tapiega. Posteriormente como Alcalde, pasando, más tarde, a la Jefatura del Frente de Juventudes en el Distrito Universitario de Oviedo.


ELISEO ESCOBAR VIGON

El  número de El Faro de Tapia del 7 de mayo de 1956 da cuenta de su nombramiento como nuevo Director del Instituto Laboral de Tapia.


FABIO LÓPEZ PUGA


Con fecha 7 de marzo de 1957, El Faro de Tapia publica su nombramiento como Director del Centro de Enseñanza Media y Profesional de Tapia, Marqués de Casariego del que era profesor.


MOISÉS BALABASQUERT LÓPEZ

Se informaba, con fecha  7 de abril de 1957, de la marcha de Tapia, del que era Secretario del Ayuntamiento, abogado de profesión. Se trasladaba a su nuevo puesto en Ribadesella.


BERNARDINA CAMPOAMOR FERNÁNDEZ


El número 17 de El Faro, de fecha 7 de mayo de 1957,  dedicaba un amplio espacio a glosar la figura y trayectoria ejemplar de esta maestra de Tapia. Doña Bernardina llevaba más de 40 años ejerciendo ese trabajo y estaba al borde de su jubilación. Planteaba el periódico citado los méritos de Dª Bernardina para acceder a la Medalla del Trabajo. Había nacido en Figueras en  1887, hija de maestra, inició su labor docente en la Escuela del Patronato de San Martín en Tapia.


ALEJANDRO SELA


Aparece citado en el ejemplar de El Faro de Tapia del 7 de junio de 1957, por la publicación de un libro suyo denominado Hacia la Ría del Eo. Ensayos breves de amor y más cosas. Esta obra se centraba en el Occidente de Asturias, sus hombres, su vida y sus paisajes, de forma especial en Navia. Tenía en sus páginas reproducciones de cuadros del pintor Alvaro Delgado, muy ligado a esa villa del Occidente astur.


ANTONIO PÉREZ MARTÍNEZ


Tapiego, con cuarenta años de emigración en Cuba, en la fecha de la publicación del número 19 de El Faro de Tapia, el cual insertaba una entrevista mantenida con él. Señalaba, Antonio, en esa entrevista que el Centro Asturiano, del que formaba parte, con su quinta Covadonga estaba considerado como institución nacional única, con ochenta mil socios.


DAVID LAPIDO PORTELA

Pintor argentino que visitaba Tapia, por primera vez, alrededor del 7 de julio de 1957, fecha de publicación del  número 19 de El Faro. Considerado pintor impresionista, discípulo del catalán Vicente Puig de renombre en Argentina, Lapido Portela pintó numerosos cuadros con paisajes y rincones de Tapia, Castropol, Vegadeo y Ribadeo. Le acompañaba en esa visita a Tapia su discípulo Rubén García Fernández, natural de Tol y residente en Argentina desde hacía bastantes años. En el mes de octubre de 1957, celebró una exposición de sus obras en una Sala del Instituto Laboral de Tapia. El conocido escritor ribadense Dionisio Gamallo Fierros  pronunció una conferencia sobre El paisaje de encuentro de la zona Astur –Galaica visto por un pintor argentino de sangre española.  En noviembre de 1958, El Faro informaba de sus éxitos de la exposición que David Lapido celebraba en la Galeria Van-Riel de la calle Floria de Buenos Aires, en la que exponía la amplia colección de cuadros pintados, un año antes, en el Occidente de Asturias.


JOSÉ MÉNDEZ MÉNDEZ


El número 24 de El Faro de Tapia, de fecha 7 de diciembre de 1957, presentaba un artículo sobre este cazador, al que definía como candidato al premio provincial para el mejor cazador de alimañas de Asturias. Se le conocía con el sobrenombre de El Raposeiro de Campos. En la entrevista indicaba que no cazaba con escopeta sino que utilizaba  una trampa. Decía que podía llevar cazados varios centenares de estos animales que mermaban el ganado y los corrales de la zona.


ELISEO FERNÁNDEZ


Es personaje de una simpática entrevista en el número 26 de El Faro de Tapia, publicado el 7 de febrero de 1958. Marinero de profesión, tenía entonces 73 años, con ocho naufragios a sus espaldas. Como otros muchos marineros de la época, no sabía nadar, pese a pasar toda la vida embarcado. Estuvo trabajando a bordo de diversos buques como el Ereza- Mendi, Begoña número 3, Mayo, Febrero, Noviembre, Rita, Cosme y algunos más.


MANUEL PÉREZ “MALEN


El número 27 de El Faro de Tapia, de fecha 7 de marzo de 1958, publicaba en su primera página la fotografía de otro lobo de mar y le dedicaba un reportaje. Se trataba del popular hombre de mar, Malén. Se glosaban en él los cuarenta años de vida marinera de este hombre, comenzados en 1898, el día que embarcó  en la goleta Villaoril en Viavélez. Desde entonces, surcó los mares, y como sigue reseñando el reportaje citado corriendo mil borrascas por el Golfo de Vizcaya, zafando, encaramado en las vergas, las velas hechas trizas por el huracán, o sobre la cubierta, ayudando a fuerza de brazos a virar la mayor. Pasó mil calamidades a bordo del Carlos, velero de tres palos que hacía la carrera de Indias, resultó herido en la Mar Chica mientras desembarcaba material para los legionarios que peleaban en la guerra de Marruecos, marchó a América en un intento baldío de dejar el mar...Volvió a embarcarse en el Pitas siendo su contramaestre y más tarde, su patrón  durante 30 años. Una enciclopedia viva del mar que por esos años del reportaje no dejaba de observar de continuo desde El Faro de Tapia o desde el alto de San Sebastián.


MARIANO CUADRADO

Este veraneante de Tapia era protagonista del número 28 de El Faro, fechado el 7 abril de 1958.  Hombre aficionado al mundo del cine, con dos premios por aquellas fechas, en su haber. Una Medalla de Plata por su cortometraje Valencia y otra de Bronce, por la denominada Peñíscola. Propugnaba, entonces, actividades para el verano tan interesantes como una exposición de fotografía y un festival de cine amateur.  Formaba parte, también,  del grupo promotor de la Inmobiliaria Los Campos.


RAFAEL VALDÉS DEL TORO

Nació en 1930 en Alcoy (Alicante). Vivió en Córdoba, Tetuán y Valencia en sus años de infancia y juventud. Pasados los años, allá por 1959 regresó de su estancia en Alemania y se instaló en Tapia de Casariego como profesor de Geografía e Historia del Instituto Laboral.  En 1960 pasó a Director del centro. Con gran capacidad de iniciativa organizó diversas actividades, tales como  conferencias, conciertos musicales, lecturas teatrales y de poesía y exposiciones de trabajos escolares. Colaboró en las diversas gestiones realizadas para dotar al Instituto de talleres y laboratorios para las clases prácticas.  Era un intelectual que dedicaba muchas horas  sobre temas de Etnología. En 1965 dejó Tapia para marcharse a Oviedo e incorporarse a la Universidad.


LOS SUCAROS

He dejado para el final, de esta breve relación a estos simpáticos personajes tapiegos, que conocí en aquellos años cincuenta, no por menor importancia, sino por su relieve social en el pueblo y para extenderme algo más. Mi casa de Tapia estaba, como ya dije al inicio, a escasos metros de la pequeña casita de los Súcaros. Éramos vecinos. A mis ojos  curiosos de niño, no escaparon  ni la originalidad ni el atractivo popular de los moradores de esa vivienda. Y oía comentarios diversos sobre ellos a los mayores, en mis ratos de extasiada escucha de sus conversaciones hogareñas en mi casa o en la de algunos amigos.

Nada mejor que un artículo publicado en el número de octubre de 1958 en El Faro y firmado por C.H., con el título de Los Súcaros, para traer el recuerdo amable de estos personajes de Tapia. Decía así:

Si al entrar en Asturias preguntas por un Súcaro pronto te encontrarás frente a un artesano amable, muy asturiano, algo socarrón y agudo de ingenio. Los encontrarás por todas partes, pues ya son tres prolíficas generaciones las que llevan este sobrenombre. Originarias del Occidente asturiano, el núcleo principal lo encontrarás en Tapia, Barres, Salave, La Caridad y los más viajeros de ellos, por Gijón y Oviedo. Menudos de talla, activos como ardillas, sonrientes y amables, serviciales, agudos decidores, parece que su destino fuera el de hacer amable la vida a los demás, y por ello desarrollan actividades donde la habilidad manual cuenta en primer lugar, Los Súcaros no son hombres de gleba, si excluimos al bisabuelo que dio el nombre a la comunidad de hombres y mujeres de toda edad, a más de un enjambre de menudos Súcaros que, como sus mayores, demuestran ya ingenio y habilidad.

Súcaro es la corrupción de garrucha o alma cofre; apero de labranza de dos dientes que sirve para cavar la tierra y que  el  primer Súcaro, siendo niño, lo llamó “sucarín” y desde entonces, acá y hasta un futuro infinito, habrá Súcaros en Asturias, como los hay también en América española y los habrá en el mundo entero, si su fácil multiplicación no se extingue.

Conozco a los miembros del núcleo principal que radica en Tapia de Casariego, pueblín asturiano que contribuye a destemplar mis nervios, excitados por intensos días de trabajo,  allá en la gran ciudad. Soy, como habrás adivinado, un simple veraneante. Al Súcaro fotógrafo lo encontrarás en todas partes, pues es ésta una habilidad destacada de la familia. Lo verás con su máquina en donde haya algo que  pueda capturar su inquieto objetivo fotográfico. En pernetas por la playa, tomando grupos de bañistas que sacan el pecho y meten su vergonzosa tripa cuando el Súcaro les apunta, niños llorones, sucios de arena, sentados en menudos charcos, muchachas y muchachos en animados grupos, avanzados proyectos de hombres mujeres. Otras veces, saca fotografías con su máquina, en la iglesia, bodas y bautizos o la botadura de una nueva lancha del cabildo. Así que, en todo acto destacado, allí estará el Súcaro adecuado para perpetuar la vida de su pueblo y componer, con imágenes quietas, la historia del lugar que le vio nacer.

El centro vital de las actividades de los Súcaros está situado al final de una estrecha calleja, donde se puede leer RELOJERÍA. También, esta modesta tiendecita la construyó un Súcaro, el viejo Súcaro que yo conocí sentado allí, en su banco de relojería siempre vestido de negro, para honrar la memoria de los suyos ya fallecidos. Las gafas en la punta de la nariz, mirando por encima de ellas al cliente de turno que, sin estúpidas prisas ciudadanas, entablará con él un largo diálogo, del que saldrá triunfante el comerciante mientras el cliente, contento, tendrá unas pesetas menos y un reloj más. En esta misma tiendecita, regida ahora por la mujer viuda del Súcaro relojero, desarrollan sus infinitas actividades los hombres actuales de esta familia, hábiles relojeros, joyeros, fontaneros, ópticos, fotógrafos, maestros de mecánica menuda, constructores de barcos en miniatura. Allí, también, nacen, viven y mueren los miembros de esta comunidad que, además, son músicos notables y bromistas empedernidos.

No estoy escribiendo un artículo de propaganda pagada, pues ni ellos ni yo estamos dispuestos al trueque. Ellos no lo necesitan y yo tampoco. Pero sí quiero que cuando oigas hablar de los Súcaros, sepas que cualquiera de ellos resolverá tus inhabilidades de hombre de ciudad y que, como veraneante, no sólo sepas que puedes realizar magníficas e inolvidables excursiones a los Lagos de Silva, a la Roda, a Rapalcuarto, a la Fuente de la Virgen, al Molino de Rabote, al Río de Porcía o a pescar en el muelle o en el Anguileiro. Debes de contar con una visita a los Súcaros de Tapia, de la cual nunca saldrás defraudado. Si los Súcaros pusieran un mote sobre su modesta tienda de relojería, podría ser éste Para servir delante, sin dineros avante.

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